LA SUERTE EXISTE PERO HAY QUE BUSCARLA


Ya se acerca a su fin la temporada de setas de primavera y sigo en dique seco. Mi dichosa fascitis no termina de abrirme la puerta de salida a las excursiones en busca de setas y de buena comida casera en sitios agradables.

Pero, como solemos decir, esto es lo que hay. No por eso, claro está, mis compañeros habituales de excursiones, Ken y Juan, dejan de hacer su salida semanal ni de contarme con entusiasmo, de pe a pa, sus andanzas. Así que yo las revivo casi como propias y me dan pie para contarlas aquí para mi satisfacción y de quien guste leerlas.

Este fin de semana pasado (26/5/13) Ken y Juan, decidieron dirigirse al occidente de Asturias tratando de encontrar las primeras setas de inicios del verano. Observando prados y camperas llegaron al área de recreo de la capilla de San Roque en Tineo en donde hicieron una parada para entonar el cuerpo con un café calentito y echar un vistazo.

La humedad del prado hacía pensar que aparecerían algunos ejemplares, pero no fue así. En este lugar no es raro encontrar setas curiosas, sin embargo, en esta ocasión no encontraron ni siquiera una rússula. Parece ser que la temperatura no acompaña todavía a la humedad y las setas se resisten a salir.

Obedeciendo al dicho de que “si ni russulas ves, dirígete a otro lugar” subieron al área recreativa de la Casa del Puerto y sus alrededores. Tampoco había nada por allí. “Sólo cuando ya pensábamos en regresar, localizamos en una zona muy húmeda un corro de la Mitrula paludosa (seta de los pantanos)” -me cuentan con la emoción de alguien a quien se le alegró el día. Se trata de una seta de no más de 6 cm de alto que es muy difícil de encontrar, aunque cuando aparece lo hace en grupos numerosos. Está en peligro de extinción por la continua desaparición de humedales y pantanos que son su hábitat preferente.

Después de mirar y remirar su hallazgo para cerciorarse de su identificación, regresaron al área de recreo de San Roque para comer en la Casina. Quedaron encantados, degustaron tapas riquísimas de cecina y queso y el plato estrella de la casa repollo relleno, rico rico de verdad. El plato del día excelente y todo ello a un precio muy moderado.

Después de la sobremesa, un paseo por el prau del área para bajar la comida y seguidamente en camino hacia Salas. En este trayecto recolectaron unas cuantas Amanita vinosa (Amanita rubescens), russulas y otra grata sorpresa que les sirvió de tema de conversación por lo inesperado del hallazgo tan a principio de temporada, “cuatro” -como me dicen- preciosos rebozuelos (Cantharellus cibarius). Animados, no por la cantidad de ejemplares cogida pero sí por su interés, siguen ya a Gijón.

Aprovechan que los días son largos para venir parando en lugares que conocen bien, ya visitados en otras excursiones. Como no hay 2 sin 3 encontraron otros pocos rebozuelos que les alegraron la vista. Pero la cosa no acabó ahí. De regreso al coche se toparon con un corro de la apreciada y muy buscada seta de primavera (Calocybe gambosa).

No hace falta decir con qué alegría las cogieron. Sí diré que el éxito da alas. Así que olvidándose de las horas que llevaban dando vueltas por el monte, aún tuvieron tiempo para desviarse a casa de unos familiares que Ken, siempre tan atento y cumplidor, deseaba visitar.

Ya en Gijón, hicieron el reparto de su cosecha. Dos o tres raciones para cada uno. Suficientes para prepararse una sabrosa cena como ellos saben hacer. Amigos, ejercicio al aire libre, diversión, satisfacción y orgullo por algunas setas interesantes que degustar y de las que hablar. Lo habitual entre los aficionados asturianos. También, de vez en cuando, hay suerte en calidad y cantidad. Nada que ver con lo que se espera obtener en los cotos castellanos ni en los que tanto se habla ahora para Asturias.

Amigos seguidores de micogastronomiaasturiana un cordial saludo a todos y hasta una próxima oportunidad.

Manuel.
 
 
 
 
Mitrula paludosa (Juan Gonzalez)
 
 
 

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