Setero y paleto


Acabo de leer un libro dedicado a los arboles y me ha hecho reflexionar; no tanto sobre los árboles en sí, como sobre la cultura de la sociedad que me  rodea. El libro, escrito por alguien que declara conocer profundamente el tema y en el que se nota un verdadero afecto e interés hacia los bosques y los arboles, me ha dejado sin embrago  una cierta sensación de vacío. El autor idealiza sobre el tema pero le falta conocimiento en directo. Sus árboles son los de un ciudadano enamorado de ellos, pero no los de un hombre del campo. Por supuesto, de la asociación entre arboles y hongos; nada de nada. En sus árboles y en sus bosques , las setas no existen. El libro trata de ser divulgativo y reivindica el cuidado de los bosques y la importancia del árbol en nuestras vidas, pero ignora la propia existencia de la micología. Tras leerlo, me ha quedado la triste sensación, de que para un numeroso grupo de personas que se consideran “cultas” y que efectivamente tienen una cierta cultura de la naturaleza, la afición a las setas no es más que entretenimiento de paletos. Pues bien, me declaro paleto, y paleto hasta los huesos. Y como setero y paleto me permito dar una explicación sobre lo que son las setas  cuyo autor es Santi de las Cuevas del Valle.
“Las setas son el escondido corazón de la tierra, y ante el rumor de su latido, el hombre se humilla”.

Pues sí, yo soy de los que escuchan ese latido y se humillan para recoger setas. Está bien eso de  ir con la frente levantada mirando a los cielos y las copas de los arboles, pero a los seteros nos gusta  mirar a todas partes. A veces, cuando estoy solo en el campo, rezo “Padre nuestro que estás en los suelos…..”.
 

Juan Antonio de la Rica

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