Durante estas semanas han aparecido las primeras trompetas de la temporada. Los aficionados a salir al bosque tienen un buen destino para algunos de los ejemplares que tengan la suerte de conseguir. Por otra parte, como las trompetas es habitual conservarlas desecadas enteras o en polvo, es muy fácil para todos saborear estas croquetas de trompetas. Buen provecho.
Mientas la besamel se va cociendo sazonamos con poca sal y pimienta al gusto (para esta receta prefiero pimienta negra -me aclara Aurora) añadimos unos 50 gramos de jamón cortado muy fino para que no se note en boca y sin embargo sazone. La besamel sigue cociendo y, cuando ya falte poco para que esté hecha, añadimos las trompetas secas (unos 30 gramos) y continuamos removiendo y cociendo la besamel.
En seguida se nota el aroma de las trompetas, se prueba de sal y se corrige si hace falta. Cuando la besamel está hecha, se aparta del fuego y para que enfríe, se vierte en una fuente plana . Se tapa con papel de aluminio y se deja en la nevera hasta el día siguiente.
Ya al día siguiente, se forman las croquetas, se rebozan en pan rallado, huevo batido y de nuevo en pan rallado y se fríen en aceite caliente para que queden tostaditas y crujientes.
Otra opción es congelarlas en vez de freírlas. Me gustan las croquetas pequeñas. Las congelo en bolsas mejor que en taper porque las pongo un poco separadas para que no se peguen al congelarse -me explica.
Espero que, si las pruebas, te gusten -me dice Aurora para finalizar. No solo las probaré sino que estoy animado a hacer mis pinitos en la cocina con esta receta por su sencillez.
Deseo que me salgan bien y a todos en casa nos gusten. Me parece que mi afición seteril tomará una nueva dimensión al enlazarse con la de “cocinilla”. Amigos, ésto no ha hecho más que empezar. Ya os contaré.
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