Todos sabemos, que el otoño es la estación más importante para la busca de las preciadas setas, pues es la época cuando verdaderamente se ven muchos ejemplares y variedad de especies; ahora bien yo os animaría a los aficionados entusiastas a salir todo el año; siempre podemos encontrarnos con alguna sorpresa no esperada, y ver especias en fechas no habituales, esto ocurre y no es tan raro.
Coprinus comatus; Barbuda – Matacandil; Salas.
Este es un ejemplo de lo antes dicho, la bibliografía en general nos dice que se puede encontrar entre primavera y otoño; nosotros la hemos visto en pleno mes de enero del 2016. Es un excelente comestible, si bien tiene la dificultad de estropearse muy pronto; pero una cosa muy interesante, parece que se puede cultivar.
En fin no es nada raro ver algunos ejemplares, fuera de su normal época de aparición, como decía Angel Rico, “las setas no tienen calendario”; por otra parte También hay setas interesantes que suelen verse en fechas raras, como en pleno invierno.
Esta seta es comestible desechando el pie, apreciada en algunas zonas; pero no conozco a nadie que la recoja con fines culinarios, si bien yo no lo aconsejaría, pues hay varias especies muy parecidas que son toxicas. Se cultiva en Japón; pero el aspecto de la cultivada difiere mucho de la silvestre. La confusión con La Galerina Marginata sería fatal, ya que es mortal.
Volviendo a nuestro objetivo principal, os mostrare las principales setas comestibles que hemos visto este otoño.
A finales del verano salimos en busca de níscalos, quizás una de las setas más consumidas, aunque debo de decir que algunas personas no les gusta; cosa rara pues tiene muchos que la valoran además de ser una especie que se puede cocinar de diversas formas, siendo a la plancha una de las más apreciadas.
Nuestras salidas en su busca solemos hacerlas en nuestra región por los pinares del occidente y también el norte de León, si bien tengo que decir que este año fueron muy tardíos y bastante escasos, así que decidimos mirar en pinares del centro, donde solíamos verlos ya bastante avanzado el otoño y así sucedió este año. En dichos pinares es frecuente encontrar L. deliciosus y L. sanguifluus, además del parasitado con el hongo Peckiella lateritia.
No resulta nada raro encontrar algún níscalo con este hongo parasito, que lo suele deformar y destruye las láminas; pero no representa ningún peligro para su consumo ya que incluso mejora su calidad.
Muy escaso en estos pinares si bien hay algunos; pero no tan abundantes como en los pinares León donde a finales del otoño y en invierno se ven bastantes en agrupaciones, muchas veces en los límites del bosque. Es un excelente comestible, siendo importante no confundirlo con otros tricolomas parecidos no comestibles, un detalle para su identificación es su nombre vulgar; la cutícula del sombrero nos recuerda al ratón.
La pardilla es una seta muy apreciada en el País Vasco, Navarra y Cataluña, si bien en Asturias ya se comía hace años; pero se aconsejaba una cocción previa o simplemente un escaldado. En la actualidad algunos libros no aconsejan su consumo, a pesar de esto hay personas que la siguen comiendo, yo creo que la más elemental prudencia nos aconseja no consumirla.
Hemos visto muy poca este año y muy tarde, es un excelente comestible que se prepara normalmente como la angula, de ahí su nombre vulgar que también se aplica a la especie tipo C. tubaeformis. Otra especie es Cantharellus lutescens, a la que se llama trompeta amarilla; pero claro los nombres vulgares pueden ser muchos, diferentes incluso contradictorios según las zonas.
El Boleto bayo es un buen comestible que los recolectores de la zona no recogen; lo llaman negrito y no les parece bueno para comer, claro que prefieren los B. edulis que también suele haber bastantes.
Este boleto, que a veces se confunde con los B. edulis; pero se le distingue fácilmente, si le presionamos ligeramente los poros azulean, al igual que la carne al corte, que es amarillenta y también lo hace; excepto la del pie que se mantiene blanca, este es de un color similar al del sombrero, pero más claro, no tiene retículo, presenta unas fibrillas longitudinales y también es comestible.
Es un excelente comestible y junto con los níscalos una de las setas más buscadas en toda la Península. Nosotros la cogemos normalmente en pinares del occidente, si bien se puede ver en toda la región, lo mismo en pinares como en planifolios.
El sombreo es castaño claro, y nos recuerda el color de las avellanas, incluso en el sabor de su carne, que es blanca inmutable a la presión y al corte; con el tiempo los poros pasan de ser blancos a tomar un tono amarillo verdoso. El pie que tiene un color rechoncho también toma con la edad una forma más alargada.
La Lengua de gato, es una seta que recolectamos con agrado, puesto que nos resulta un buen comestible, si bien para algunas personas les resulta algo amarga y le suelen quitar los aguijones del himenio, yo personalmente nunca lo hago y las suelo hacer salteadas con un poco de jamón y me saben exquisitas; pero claro no todos los gustos son iguales.
La recolectamos ya con las lluvias del final de verano en caducifolios y más tarde en coníferas hasta casi entrado el invierno; es una seta que al ser tan particular su forma no se confunde fácilmente a no ser con el Hydnum rufescens, también comestible, incluso mejor para nosotros, este en Asturias se ve muy poco, últimamente encontramos algunos ejemplares en Los Oscos.
Para mí no es una seta muy frecuente, es difícil de confundir con otras por tener un fuerte olor anís y es por esto que no suele comerse, a pesar de figurar en muchos libros como comestible; pero en la actualidad se considera toxica, así que no debe comerse. Aparece tanto en coníferas como en planifolios, generalmente en otoño e incluso invierno.
Muchas gracias por leernos y dedicarnos vuestro tiempo, en mi nombre y en el de todo el equipo que habitualmente me acompaña al bosque.
Juan Ramón Glez. Diego
24 diciembre 2018
FELIZ AÑO 2019
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