Una vez más contamos con la colaboración de nuestro amigo y estupendo narrador Manuel Gonzalez, para describirnos una de sus salidas al campo, junto a otros dos buenos compañeros su hermano Juan y Kennet.
Quisiera que Manuel me permitiese reseñar, para que todos nuestros amigos sepan de la calidad de su pluma, que fue premio de narrativa en la revista El Semanal.
Y despues de esta pequeña introducción, el articulo de Manuel.
Hace unas semanas os refería nuestra excursión a la busca de Orejas
de Judas que tuvo final feliz. Una semana después (17/02/2013) Juan repitió la salida con
resultado menos satisfactorio. No había llovido tanto, hacía algo manos frío y
hubo uno o dos días ventosos. El tiempo seguía siendo invernal pero más desapacible. El caso es que se
encontró con menos humedad, probablemente el viento hizo su labor de secado.
Casi siempre influye más de lo que uno se piensa.
Las condiciones ambientales habían cambiado poco, pero suficiente para
que la abundancia y variedad de setas disminuyera. Bastantes orejas que habíamos
dejado entonces por pequeñas seguían pequeñas pero envejecidas. Notó también,
que no había setas nuevas. El efecto era distinto según los lugares. Para su
satisfacción, en los rincones de Infiesto y Nava encontró cantidad suficiente
de ejemplares como para que se notaran en la cesta. En el Sella, sin embargo,
sólo encontró la muestra.
Las otras variedades de setas que habíamos visto, las que entre
nosotros llamamos “para estudiar y fotografiar” también habían disminuido.
Volvió a encontrar las que ya habíamos localizado el domingo anterior.
Suponemos que, siendo todas ellas de pequeño tamaño y unidas en muchos casos a
trozos de ramas caídas y tapadas por otras ramas mayores, sus reducidos
hábitats se conservan inalterables ante cambios meteorológicos pequeños.
Este cambio repentino en la cantidad de setas encontradas nos hizo
pensar en otros casos semejantes. Por ejemplo, en la sabrosa lepiota.
Estás esperando por ella, allá por setiembre y no aparece hasta que un día
alguien te dice que está lleno de lepiotas y comienzas a verlas por muchos
prados durante una o dos semanas y, de repente, desaparecen tan rápido como aparecieron.
No se trata de que sólo se den en una corta época del año sino que aparecen y desaparecen
debido a pequeñas variaciones ambientales. Después, si las lluvias y la temperatura
se combinan adecuadamente, las vuelves a ver por otro corto espacio de tiempo.
Como este año pasado, de otoño tan seco, en que los optimistas y
avisados persistían en la esperanza de que aparecerían y llegaron en noviembre.
De la oreja de Judas puedes leer que aparece a lo largo del
año. Aquí en Asturias la encontramos en pleno invierno con cierta facilidad
pero difícilmente en otra época. Hablo de mi experiencia claro, que no es
grande.
Al contrario que estas especies que aparecen y desaparecen con rapidez
están las que tienen una presencia más prolongada en el campo. Siguen naciendo nuevos
ejemplares aunque se hayan producido ligeros cambios de tiempo. Por ejemplo,
los boletos, los níscalos, las cantarelas… Esto parece ocurrir, generalmente,
con especies de verano y otoño.
Existe un ambiente general, que todos conocemos, que nos indica que es
tiempo de setas y nos anima a salir al campo. Pero conocer estos detalles de
los ecosistemas y microclimas preferidos de cada seta resulta conveniente para
planear mejor nuestras salidas. O sea, los amigos de los fogones podrán
disponer en más ocasiones de determinadas especies frescas y de mayor variedad de ellas. Los de la fotografía, de ejemplares
espléndidos.
Todos hemos visto alguna vez a colegas que traen setas muy fuera de su
época habitual de aparición. Conozco casos de lepiotas y níscalos encontrados
en pleno diciembre, setas de San Jorge y cantarelas en enero y
muchos otros casos que seguro vosotros podréis añadir.
Llega la época de las morchelas, así que habrá que fijarse bien
donde, cuando y en qué condiciones aparecen. Seguro que Ken nos facilitará
alguna de sus excelentes recetas caseras para saborearlas plenamente.
José Manuel, Ken y amigos del blog micogastronomiaasturiana, un
cordial saludo a todos y hasta la próxima ocasión.
Manuel
Glez. Diego
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